Música en los huesos

Hace un par de meses, o tres, salió a la venta "Medulla", el nuevo disco de la islandesa Björk que para mi gusto es una de las artistas más completas que he tenido el placer de escuchar.
La verdad es que se la echaba en falta, ya hacían tres años de su Vespertine, que fue disco de oro aquí en España, y muchos teníamos bastantes ganas de saber de ella.
En este disco ha querido basarse en la voz, simplemente en la voz, y dado que sabe manejar sus registros como nadie termina resultando una gozada para el oído, ciertamente en un par de canciones hay un mínimo acompañamiento musical, pero que no se hace en absoluto necesario. Según sus propias palabras: "De repente me aburrían mucho los instrumentos. Empecé a experimentar sólo con mi voz. Luego tampoco me apetecía mucho trabajar con músicos, lo que puede resultar extraño. Quería sólo colaborar con otros vocalistas. Me inspiró el paganismo y la idea un tanto esotérica de volver a un universo que es completamente humano, sin herramientas, ni máquinas, ni religiones ni nacionalidades... "
Esos vocalistas de los que nos habla son gente como Rahzel de The Roots, Mike Patton (Ex Faith No More), Dakoka, cantante japonés y Robert Wyatt, así como con The Icelandic Choir y The London Choir. Respecto a los lugares de grabación ha buscado sitios tan dispares como Nueva York, Islandia, Venecia o La Gomera. Respecto a los estilos de las canciones decir que, como nos tiene acostumbrados, no se conforma con cualquier cosa y varía todo lo que le es posible. En "vokuro" nos encontramos con una preciosa nana islandesa, en "triumph of a heart" nos sorprende con ritmo funky, canciones como "show me forgiveness" o "where is the line" rememoran sus primeros tiempos recordando los estilos de su disco "Debut". Y cómo no, también tiene canciones con recadito, en "mouth's cradle" nos dice que necesita un refugio donde construir un altar que esté alejado de los Bushes y los Osamas.
Y termino con una curiosidad, el primer single extraído del disco, "Oceanía", lo escribió junto a Sjón Sugurdsson, famoso poeta islandés con el que había colaborado anteriormente. Y fue este tema el que inauguró los juegos olímpicos de Atenas 2004, así que al menos una canción ya habéis escuchado la gran mayoría.