martes, octubre 19

¿Fisio qué?

Creo que ya toca hablar un poquito de la Fisioterapia, mi profesión, mi pasión y mi quebradero de cabeza. Siempre he defendido mi carrera como algo que se tiene que llevar dentro, algo que no solo se ejerce sino que se siente. Es necesario enamorarse de esta profesión para hacerlo bien y yo me enamoré desde el primer día, sino iba a estar yo aguantando lo que tengo que aguantar.
Alguno se extrañará pero hoy en día un buen montón de gente no sabe a ciencia cierta en que consiste “eso de la fisioterapia”, incluso todavía más de uno y más de dos nos siguen llamando “masajistas”, y eso duele. No voy a tirar piedras a ningún tejado, ni propio ni ajeno, pero mientras estas preguntas sigan haciéndose mal lo llevamos. La Fisioterapia, es simplemente aliviar y curar patologías de cualquier clase empleando agentes físicos, es decir, cuando tu jefe te pone la cabeza como un bombo y se te carga el cuello y la espalda ahí interviene la fisioterapia, cuando te das un pinazo con el coche y quedas perjudicado ahí interviene la fisioterapia, cuando la vida te juega una mala pasada y te adjudica una enfermedad degenerativa, sea física o mental, ahí interviene la fisioterapia, cuando naces demasiado pronto o distinto a lo normal ahí interviene la fisioterapia, cuando te llega el momento de envejecer y no te adaptas bien a ello ahí interviene la fisioterapia, cuando te lesionas practicando tu deporte favorito ahí interviene la fisioterapia. Podría seguir pero creo que la idea os la vais haciendo.
¿Si tan importante parece y tanto bien hace por qué no se nos conoce más o se nos potencia más? Ni idea. No seré yo el listillo de turno que descubra América, pero mientras la situación siga así mal nos va a ir. Mal nos va a ir si por cada centro de salud hay un único fisioterapeuta que en ningún momento es capaz de dar abasto y tratar adecuadamente a sus pacientes. Mal nos va a ir si siguen proliferando “centros terapéuticos” en los que intrusos tales como masajistas, quiromasajistas y pseudos realizan unas actividades para las que en ningún momento han sido debidamente formados y para las que no tienen autorización sanitaria ni cobertura legal. Mal vamos si las autoridades competentes no hacen nada para evitar este intrusismo profesional. Mal vamos si se siguen publicitando en todos los medios cursitos de tres meses para ser masajista y montarte tu propio negocio. Mal vamos si en centros privados dirigidos por fisioterapeutas buscando mano de obra barata contratan a estos intrusos sin ningún tipo de remordimiento. Mal vamos si en centros privados dirigidos por fisioterapeutas contratan a compañeros fisioterapeutas con contratos basuras, sueldos ridículos y les explotan vilmente. Mal vamos si la comparación directa de parte del colectivo de fisioterapeutas, el más fuerte y el que más podría hacer por evitar todo esto, es el libro “rebelión en la granja” de George Orwell. Mal vamos si esos mismos individuos le restriegan por la cara al último que llega que no hace nada por su profesión. Mal vamos.
Pese a todo sigo enamorado de mi trabajo, y creo en la importancia de lo que hago, y seguiré luchando por lo que pienso que es importante.
Sí, ya lo se, hoy me he levantado reivindicativo pero es que estoy un poco harto de que me pateen las pelotas y encima tenga que dar las gracias.


QUEDAN 10 DÍAS PARA QUE "ALGUIEN" PIERDA UNA APUESTA.

No hay comentarios: