viernes, diciembre 30

Un añito del montón...

Otro año que se va sin que haya pasado nada en particular…

Naaaa, si hay algo que no se puede decir de este 2005 que vamos a dejar atrás es que ha sido un año tranquilo y aburrido, al menos en lo que a mi respecta ha sido de todo menos eso.

Aprovechando que estoy en Madrid pasando estos días de fiestas y excesos con los amigos y la familia voy a escribir unas líneas en este blog que empieza a parecer abandonado, ¡¡¡y no lo esta!!! Solo estoy cogiendo fuerzas para el 2006 que se presenta cuanto menos interesante.

Hace un año por estas fiestas mi vida empezaba a tomar una dirección que me terminó llevando a donde estoy ahora, por estas fechas yo estaba en un estado bastante alterado, entre el dejar de fumar (sin imposiciones, eh!), el papeleo para Francia y demás, tenía muchas ganas de empezar el 2005. Ahora que acaba me alegro de todo lo que hice. No voy a decir que no haya sido un año duro, que lo ha sido, pero me parece que las cosas tenían que ser así.
Entre enero y marzo se fue solucionando el tema del papeleo de Francia. Y fue a finales de marzo justo a la vuelta de un viaje a Milán para visitar a un amigo cuando recibí la llamada, no, no tuve una alucinación de carácter religioso, más bien fue una llamada telefónica que me dijo que tenía trabajo en Francia. Abril fue la locura, dejé mi “amado” antiguo trabajo abandonando a mis compañeros a su suerte, pobrecitos… Y comencé una serie de reuniones, comidas, cenas, fiestas y demás para despedirme de todo el mundo y decirles eso de ¡volveré! (¿o no?).
Y se acabó abril y me fui. Mayo fue el inicio de mi nueva vida y probablemente uno de los meses más duros de ella, me encontré prácticamente solo en un pueblecito en medio de la Francia profunda y eso hunde al más pintado, afortunadamente un día recibí un mail que decía: “Tranquilo llegan los refuerzos”.
Eso fue en junio, llegaron los refuerzos y creo que no soy capaz de imaginarme algo mejor, me hizo mucho bien, me dio fuerzas y desde entonces estoy en mi salsa, de vez en cuando la moral está algo más baja pero ahora es más fácil remontarla, ya sea la mía o la de “la refuerzo”, que también pasa. De todas formas en junio también comenzó un movimiento al que llamaremos: “las bodas”, desde entonces he tenido que bajar a Madrid tres veces para tres bodas, y no me arrepiento, me lo he pasado muy bien en cada una de ellas, así que para las tres que ya tengo previstas para el año que viene que cuenten conmigo, además es la excusa perfecta para ver a la gente.
Y llegó el verano, posiblemente el mejor periodo que he pasado en Cosne, hicimos un pequeño grupito de españoles, cuatro, que aunque no jugamos al mus no nos aburrimos en ningún momento, ¡¡¡esos mojitos!!!, ¡¡¡esa chaka!!!, ¡¡¡ese Carlinhos!!!... Pero el verano es lo que tiene, pasa julio, pasa agosto, pasa septiembre y los dos que estaban de sustituciones se fueron dejándonos a mi refuerzo y a mi solitos de cara a un largo otoño. Eso sí, en mejor posición que al principio del verano ya que en este periodo fue cuando se produjo la gran mudanza y se inauguró el “Auberge Espagnol” con lo que el que escribe, mi refuerzo y un francés pasamos a ser “colocataires”. Así septiembre nos sirvió de reajustes y para ir encajando entre los tres, de momento no nos va nada mal. La casa está muy bien y la estamos dejando muy chula, claro que gran parte de eso se debe, tengo que reconocerlo, a que fuimos de compras a “Hagamos de tripas corazón” y compramos un montón de cosas y chorradas entre las cuales debería destacar las 24 prutas, por favor, no preguntéis…
Pero en fin, como estaba previsto tres septiembre llegó octubre, cosa que no me pilló por sorpresa ya que lleva pasando así desde que recuerdo. Mes que este blog cumplió un añito y no fue celebrado, anda que ya me vale. Y mes que fue transcurriendo tranquilamente y sin sobresaltos hasta que a mi refuerzo no se le ocurrió otra cosa que romperse media mano, pobrecita, si es que ya lo dijo alguien hace mucho, las bicis son para el verano. Bueno ahora la mano está muy bien, pero la situación nos sirvió a todos para cambiar un poco la forma de ver las cosas. A finales de octubre y aprovechando un puente de esos que tenéis por aquí subieron a verme a mi pueblo cuatro amigos, nos lo pasamos genial, y mis compañeros franceses están encantados con la pata de jamón que desde entonces (aunque no por mucho tiempo más) tengo colgando en la cocina.
Esta visita acabó en noviembre, mes que pasó a base de trabajar, de frío y de pegarse con la wanadoo y la france telecom por el dichoso internet, ¡y aún no he acabado! Nos dejó la primera nevada, y única hasta el momento, al menos que yo haya visto.
Y ahora diciembre, mes en el que aún estamos aunque sea por poco, y mes que casi he pasado más en Madrid que en Cosne, debido a una boda a principios y a esta semana navideña. Del resto de días no se si que contar, así que lo mejor será que no cuente nada, al fin y al cabo tampoco es interesante, ejem, solo diré que el 2006 va a llegar cargadito de emociones.

Y en esas estamos, en las puertas de un año que se presenta, como ya he dicho al principio, muy interesante. Esta semana ando viendo a gente, haciendo compritas, y pensando, pensando mucho que dicen que viene bien. Me quedan dos días y medio en Madrid así que tengo que aprovecharlos. El domingo llegaré de nuevo a Cosne y si todo sigue el curso previsto seguramente hasta mayo, que recomenzaré con “las bodas”, no vuelva a pisar mi querida Madrid. De momento ahí estoy expectante a ver que pasa estos días.

De momento y para seguir en mi línea esta noche estaré en Sol, con mis amigos y un cargamento de mandarinas para escuchar las campanadas como ya hicimos el año pasado, que no se diga.

En dos días 2006, año que no rima, ni falta que le hace. Año que tengo muchas ganas de conocer y de saber que me tiene preparado, año que para no variar va a suponer otro reto y nuevas emociones. ¡Venga nene empieza que te estoy esperando!

Espero que a lo largo de enero os pueda ir contando más cosas. ¡Feliz año, que lo cojáis con ganas!

domingo, diciembre 4

¿Ahora si?

Bueno las cosas parecían más fáciles de lo que terminaron siendo. Agosto acabó y con él mi estancia en el zulo. Con septiembre inauguramos el Aubergue Espagnol y en él estamos desde entonces, todavía vivos y sin tirarnos muchos trastos a la cabeza. Con lo que hemos tenido más problemas ha sido con el internet, hemos necesitado nada más y nada menos que casi tres meses para conseguir que nos dieran de alta el servicio y es que cuando no era por Wanadoo era por la France Telecom y nosotros sin poder navegar. Ahora ya tenemos, con router wireless y tirando a unos ocho megas pero a día de hoy soy incapaz de conseguir que mi portátil se conecte a la red, en fin que me sigo pegando con ello.

Redes a parte, la vida en Francia toma posición cómoda, empiezo a entrar en una rutina en la que muchos días ni te das cuenta de donde estás y todo sucede con una normalidad impresionante. Aún no soy bilingüe, ni lo seré nunca vaya, pero normalmente me defiendo en el día a día.
A nivel laboral las cosas no están nada mal, realmente me gusta lo que hago y creo que eso es lo importante. El problema en Francia comienza cuando sales del trabajo, para que os hagáis una idea, trabajo de ocho y media de la mañana a cinco de la tarde con una parada de doce a una y media para comer, pero actualmente a las cinco de la tarde empieza a anochecer, es decir que llegas a casa y prácticamente ya es de noche y no solo eso si no que la temperatura es ligeramente positiva, quiero decir, que como mucho llegamos a los cinco grados. Todo esto se resume en que la vida fuera del trabajo es prácticamente nula, de todas formas a partir de las siete de la tarde el pueblo está vacío y no encuentras a nadie por la calle con lo que mucha vida no es que haya.
Pese a todo los fines de semana hay algo de movimiento, tenemos dos barecillos en el pueblo que cierran tarde, tened siempre en cuenta que por tarde aquí se entiende las dos de la madrugada, y a veces hay animación o música en directo y está bien. De todas formas el lugar más animado de todo Cosne es nuestra casa, y si no que se lo digan a nuestros vecinos que ya nos han mandado hasta un anónimo amenazante a causa del ruido, en fin era de esperar.
De todas formas lo estoy disfrutando, todo, y espero seguir haciéndolo. Si esto sigue así espero iros contando más cosas al respecto, así como espero también retomar un ritmo de publicación en el blog más parecido a lo que era esto en un principio, sí, ya se que lo digo cada vez que escribo algo y luego nada, pero es que las cosas no son fáciles. Pero que aquí sigo.

En breve más noticias. Por cierto, bienvenidos todos de vuelta.