miércoles, marzo 1

Un tema.

No, hoy no toca hablar de cine (no-premio para el que sepa a que peli hace referencia el título), pero como es un tema serio y de tono durillo así rebajo un poco la tensión.

Quisiera yo o no, tarde o temprano tenía que hablar un poco de este tema. Y aprovechando que acaba este mes creo que es un momento tan bueno como cualquier otro, o incluso mejor. Febrero nunca ha sido mi mes podríamos decir, de hecho tiende a no sentarme nada bien, afortunadamente es cortito, todo hay que decirlo que el que no se consuela es porque no quiere.
Este febrero no ha sido una excepción, más bien todo lo contrario. Seguramente el invierno en Cosne no ayuda mucho, más bien hunde un poco más y a poco más de un par de meses para hacer un año en Francia estos días fríos y cortos se están confirmando como los más duros de mi estancia aquí. Aquellos primeros días de enero parecen casi tan lejanos como aquellos en los que llegué.
Y es que ese sueño y esas ganas da trabajar y vivir donde trabajo y vivo ahora no es siempre un paseo ni en absoluto tan fácil y agradable como parece a simple vista. Que no se me malinterprete, sigo contento de haber tomado la decisión que tomé pero siempre hay momentos en los que las cosas no van tan bien como a uno le gustarían.
Ésta, hoy por hoy, sigue siendo una de las mejores opciones para trabajar como fisioterapeuta ya que, según los contactos y compañeros que tengo en España, la situación allí sigue más o menos como la dejé, un desastre vaya, y eso no es bueno para nadie, ni para los fisios, ni para la sanidad, ni para los pacientes, que en definitiva son los que cuentan.
Aquí por el contrario las cosas son distintas, quizás al contrario, a la hora de tratar al paciente son excesivos, se abusa de la cirugía y la hospitalización, sucede que al estar casi todo reembolsado se pasan un poco. Pero en lo que a mi concierne puedo trabajar de lo mío con libertad y aplicando todo lo que quiera sin verme limitado por restricciones de tiempo o técnicas como suele pasar en España, bueno me veo limitado evidentemente por los conocimientos a los que de de sí mi formación, que uno no es el Superfisio
De todas formas de lo que hoy quiero hablar es más bien de lo que no funciona aquí, porque esto pese a ser vacamente mejor, al menos a mi parecer, no es la perfección. Por desgracia, y como suele pasar en todos los sitios, el motor que hace funcionar la maquinaria sanitaria, o al menos según yo veo en mi centro de trabajo, es el dinero, no creo que nadie se sorprenda, ¿no? Esto se ve fácilmente por ejemplo en los pacientes que tenemos, este centro pese a ser probablemente uno de los más preparados y adaptados de Francia, tiene la costumbre de no hacer ningún tipo de criba a la hora de aceptar enfermos y frecuentemente nos encontramos con gente ingresada que está fuera de lugar, bien porque su patología no necesite necesariamente una hospitalización, bien porque al contrario no resultemos lo más apropiado para tratarlos y nos quedemos bastante cortos.

Pero estoy divagando, ya que yo no tenía realmente la intención de hablar tanto de la Kinésithérapie en Francia o en Pasori, que es como se llama el centro donde trabajo, como de aquello que conlleva ejercer mi profesión en un país extraño, y más en concreto en este pueblo. El cambio de Madrid e Cosne se nota, se nota tanto como se nota la diferencia entre la noche y el día. Por lo general la vida se deja llevar pero siempre hay momentos en los que te encuentras fuera de lugar, y probablemente ahora esos momentos sean más frecuentes por muchas circunstancias. Y es de esto de lo que quiero hablar. No solo quiero hablar de ello para sacar de mí mis demonios interiores sino que así aprovecho por si alguien puede obtener algún beneficio de ello, ya que he visto que hay gente que llega a este blog buscando información sobre ejercer de fisioterapeuta en Francia. Así que espero que esto sirva de algo.
El mayor problema que encuentro a la hora de trabajar fuera, de tener que emigrar para ejercer tranquilamente tu profesión, es que en el fondo lo que realmente te gustaría en hacer lo mismo pero en casa, y no a 1500 kilómetros de ella. Y eso, aunque lo aceptes y no te importe a primera vista, siempre va a dejar un poso en ti que en el momento en que las fuerzas flaquean o la situación se pone difícil va a hacer de diablillo y va a estar pinchándote. Como yo llegué aquí a las puertas del verano todo me fue más fácil, pero es ahora, con la climatología en contra y conociendo un poco mejor el funcionamiento de las cosas, cuando esa semilla discordante está tocando un poco más las narices.
Otra cosa que resulta dura igualmente de la distancia es que hay situaciones en las que te gustaría estar a dos paradas de metro de los tuyos pero realmente te encuentras a dos aeropuertos de distancia, o más. Sucede que hay momentos en los que en tu entorno cercano van pasando cosas y a ti no te queda otra que ser un mero espectador que encima se va enterando de todo en diferido e incluso hay cosas de las que ni llega a enterarse. El día que firmas el contrato ya sabes que esto es algo que va a pasar, y el día que te preparas para partir sigues siendo consciente de ello, pero sobre el papel todo es más fácil, el problema es que con el tiempo en ocasiones se hace muy duro. Pese a todo al ser algo que nace de una decisión tuya y que tu mismo has aceptado como tal tienes que ser consecuente contigo mismo y tirar para adelante. Il faut!

Quiero dejar claro que esto no es el pan de cada día, que sucede en circunstancias concretas y no con asiduidad, al menos en mi caso, que cada uno en este punto tendrá sus límites. Pero que en días como estos de ahora es una situación más frecuente.

Afortunadamente hay alguien que me ayuda a hacer el día a día más llevadero y a quien, eso espero, yo ayudo a que sea así también por su lado. Así las cosas no pintan tan duras y se ve un poco la luz al final del túnel.

Vaya que ya llega marzo, ya llega la primavera, Ya Llega El Sol que decía Mecano. De momento hoy ha salido un poquito, pero el resto del día ha llovido, nevado y granizado, y algunas de esas cosas incluso dos veces, para que nadie se queje.

En fin recobremos fuerzas, recarguemos las pilas, sigamos hacia delante que parece que merece la pena.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya sabes que me puedes mandar un mail, un telefono para que te llame o lo que sea y charlamos no? aunque tu al telefono seas un poco parco.
No se si has hablado con Alfonso de la boda? si no es asi mandame un mail que te tengo que contar una cosa.

Un besito
Natalia

Jorge dijo...

Gracias prima...

De la boda no he hablado con Alfonso, sino con el tio, así que más o menos estoy al día de todas formas espero verte pronto por el messenger y me cuentas más.

Un beso.

Anónimo dijo...

Claro que Jorge es parco pero más vale decir poco y bueno que morralla insulsa. Estoy encantado con vuestras comunicaciones hertzianas. Un beso del carroza de vuestro padre y tío

Anónimo dijo...

La verdad es que no sé qué decir que no se haya dicho ya, pero aún así... ¡Ánimo!

Un abrazo
Rafa