domingo, marzo 13

Y ahora algo completamente diferente.

Frase ésta que me vale tanto para la difícil tarea de cambiar de tema después de la anotación anterior, como para introducir el comentario de hoy.

Y es que el sábado fui con amigos al teatro Alfil para ver Monty Python’s Flying Circus. Espectáculo ofrecido al alimón por los grupos Impr3bis e Yllana y que recoge algunos de los mejores sketches del show televisivo del famoso sexteto inglés. Pese a la gran dificultad que a primera vista parece que supone adaptar y recrear estos sketches no miento si digo que fue hora y media de risas y carcajadas, tanto que me dolían las mandíbulas (maseteros hipertónicos, si nos ponemos técnicos).


Gags reconocibles, otros no tanto, algunos tal cual los recordamos en el original y otros adaptados a nuestra cultura o momento temporal. Todos ellos de gran calidad y muy bien realizados. Entre ellos encontramos clásicos como el gag de loro, el de la agencia de viajes, el de “los” jueces, un buen montón y muy bien enlazados entre sí.


Es altamente recomendable, a todo aquel que quiera pasar un buen rato y reírse como no lo hacía en mucho tiempo le recomiendo que se pase a verlos difícilmente saldrá defraudado.

Puedo asegurar que sales con tal cachondeo encima que durante las cañitas posteriores de rigor nos seguimos riendo tanto como en la propia función, no solo recordando los sketches sino desarrollándolos, diseccionándolos, estudiándolos y como suele ser inevitable en estos casos la cosa terminó degenerando un montón. Pero las risas no pararon. Y realmente se agradece poder estar con los amigos riendo durante tanto tiempo.

Como añadido terminaré diciendo que me sorprendió el cambio que ha sufrido la zona de Malasaña-Tribunal por donde fuimos a tomar una copilla tras picotear un poco, quien la ha visto y quien la ve.

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