miércoles, abril 23

Y vuelvo...

...me obligo a ello por un lado gracias a todos los que me estáis aguijoneando para que lo haga y por otro lado por mi mismo, por que me gusta hacerlo y por que creo que debo encontrar el tiempo para hacerlo y no abandonarlo. Pero que sepáis que la parte más grande de la culpa de que yo vuelva a escribir es de aquellos que con sus comentarios, de todos los tipos, me han estado dando merecidos tirones de orejas. En fin que GRACIAS. Así que ahora que las circunstancias del trabajo y de mi vida en general indican que aún me queda un buen momento en este pueblecito (todo esto quedará explicado más adelante, por ahora chitón!...) tengo con más motivos que nunca la obligación-responsabilidad-voluntad-ánimo de encontrar ese momento (diario, semanal o mensual) para esta cotidianía que ha sido más vuestra que mía este último año, por que la habéis leído aunque no hubiera nada nuevo y por que lo habéis seguido pidiendo pese a todo el tiempo que ha pasado.

Pero si vuelvo a escribir por aquí ahora y en este momento no es para contar mis penurias, sino para hablar de mochilas, de esas mochilas y maletas que se llenan con la intención de partir lejos y buscarse una vida. Poco a poco vamos siendo más y más los que tenemos optamos por esta opción, ya sea tomando la ruta de Francia, Luxemburgo o los EEUU, poco a poco vamos separando nuestros caminos hacia rutas más exóticas y desconocidas.
Los motivos que nos llevan a unos y otros a ello son tan dispares que no me voy a dedicar a buscarlos o enumerarlos, no es eso lo que interesa. Lo que realmente importa es que esos caminos sean agradables y en el fondo lo único que quiero ahora es desearles lo mejor a todos aquellos que se ponen en ruta, sean conocidos o no, puedan leer estas líneas o no.
Y sobre todo a cierta persona que sigue un camino que no es el suyo, por la preciada razón de luchar por lo que quiere y por lo que piensa que merece la pena. Así que, tanto si este camino que emprende le lleva lejos, como si ve que tiene que desandar parte de lo andado para emprender otra ruta, que sepa que aquí hay alguien dispuesto a llevarle las maletas un rato, o dos, si hace falta.

Nos leemos o vemos (en el país o continente que sea).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya que hablas de caminantes y caminos, me viene a la memoria la canción de un poeta que cantaba al camino.

El que cada uno hacemos al andar. Siempre adelante, nunca hacia atras. El camino que ya hiciste nunca lo volveras a pisar.

Caminante, tuyo es el camino, tuyo el caminar, tuyo el cayado, tuyo el jubón. El camino es tu vida, la que viviste, la que vivirás.

Tuya es la mochila en la que guardas las vivencias pasadas, las que te ayudaran a seguir andando.

Valora lo que sale a tu paso y te da lo que te puede dar.

Entrega tu lo que puedas entregar.

Ayuda, amistad, amor son las viandas que hacen más humano el camino.

No cortes la flor del camino, deja al pajarillo cantar, alegrarán el camino del peregrino que viene detrás.

Caminante no hay camino
solo estelas en la mar.

Sigue escribiendo sobre la vida o sobre lo que surga, sigue haciendo camino.

Anónimo II

Anónimo dijo...

qué bien que vuelvas a escribir por akí!!!se te echaba de menos...