domingo, octubre 29

Carnets de voyage (III...): Lyon.

Entre todas las ciudades de Francia, la que sigue a Paris en importancia es Lyon, y en tamaño la tercera detrás de la capital y Marseille. Capital de la región del Ródano-Alpes tiene la cualidad de ser bañada por dos ríos, el Rhône y el Saône, lo que produce dos colinas, la de la Fourvière y la de la Croix-Rousse. Pero vaya que para datos técnicos “Le Petit Larousse” yo prefiero tirar por lo interesante y lo curioso. Así que voy a empezar con lo interesante, aquello que se debe visitar de la ciudad, y luego pasaré a la parte de curiosidades.

Quizás la principal atracción de Lyon a nivel turístico sea la zona conocida como “Vieux Lyon” que está colgado en la ladera de la colina de la Fourvière que da al Saône. La panorámica que proporciona de noche con todos sus monumentos iluminados es impresionante

Ahí tenemos la Catedral de St-Jean, que tiene un reloj astronómico que aún no he visto funcionar.

La basílica de Notre-Dame de Fourvière, de un recargado que asusta, y más aún en su interior lleno al milímetro de mosaicos y marmolazo.

Y la Tour Metallique, que es una reducida imitación de aquella algo más famosa de París, teniendo la función de ser el repetidor televisivo local, el repetidor televisivo local, el repetidor televisivo local.
Otro aliciente de la zona es la senda, conocida como “Jardin du Rosaire” que baja desde la basílica hasta casi la catedral y que ofrece unas vistas increíbles de la ciudad. Por el contrario para subir a toda esta parte se recomienda coger el teleférico, que si no se puede hacer muy duro el ascenso.


Mención aparte merecen los teatros romanos que también cuelgan en esta ladera.

Uno de ellos en uso aún para conciertos y otros espectáculos como tuvimos la suerte de comprobar. Sucede que el fin de semana que estuve allí, en mi segunda visita a la ciudad, eran las “journées du patrimoine” y en dichos anfiteatros, al igual que en que hay en la Croix-Rousse, se recreaba la época de la invasión romana (como se puede deducir por la existencia en la ciudad de teatros romanos, Lugdunum no fue uno de los pueblos que resistió la invasión, sino que más bien fue fundada por ellos, así que no, aquí no había irreductibles galos). En fin que una de las atracciones eran unos individuos disfrazados de legionarios, (más bien de centuriones, pero en fin…) dándose paseos arriba y abajo, como ya habréis deducido por la foto anterior, para el que no lo ha visto le amplío la imagen, que no tiene pérdida.

Y en el otro anfiteatro, y con un poco más de gusto cultural, estaba programado un concierto de música celta, claro que lo que escuchamos fue más bien música tradicional irlandesa, pero mereció la pena pese a todo.


Una vez visitada esta zona podemos cruzar el Saône, digamos por ejemplo, por el Pont Bonaparte, y entraremos en el barrio conocido como la Presqu’île que es en realidad una estrecha franja comprendida entre los dos ríos. El punto central de esta parte es la Place Bellecour, una enorme explanada con una igualmente enorme estatua de Luis XIV, que mi me sigue pareciendo más bien un emperador romano, cosas de los franceses vaya.

Si tomando esta plaza callejeamos hacia el sur, dirección Place Carnot, pasaremos por las calles donde se aglomeran los famosos Bouchons que son pequeños restaurantes de cocina francesa muy típicos de la ciudad que amontonan sus mesas y comensales como si el espacio fuera oro.
Claro que si por el contrario nos dirigimos hacia el norte llegaremos a la Place des Terreaux, con una imponente fuente obra de Bartholdi, más conocido por ser el autor de la Estatua de la Libertad.

En esta plaza además, y facilitando las cosas al turista minimizando sus desplazamientos, está el Ayuntamiento del siglo XVII y el Museo de Bellas Artes que antiguamente era un convento del mismo siglo, y justo detrás del Ayuntamiento tenemos la Ópera de corte más moderno y que como lo moderno asusta quizás por eso generó tanta polémica. Yo dejo la foto y el que quiera que opine, a mí la verdad es que me da un poco igual.


Siguiendo hacia el norte tenemos la colina de la Croix-Rousse, que era el barrio obrero de Lyon y centro más importante de la industria de la seda del siglo XV. Como sucede con todos los barrios que están en una colina las calles están en pendiente hacia arriba cuando se suben y hacia abajo cuando se descienden, todo sea por no desafiar las leyes físicas más elementales.

A destacar por aquí el Amphiteâtre des Trois Gaulles y la Place Colbert desde la que parte un jardín en pendiente (curioso ¿verdad?), con vistas al Rhône.

Todo este conjunto de barrios, calles, plazas, jardines y monumentos que vengo de enumerar forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Fuera de lo patrimoniable, Lyon ofrece una ciudad más moderna en la que además de los metros y autobuses hay un par de tranvías que la recorren sin peligro de resultar antiestéticos para el turismo. La zona más conocida de este Lyon actual es la Part-Dieu, en la que se erige la desproporcionada Torre del Credit-Lyonnais que sigue poniendo en evidencia ciertos complejos de los franceses.


Como zona verde, Lyon cuenta con el Parque de La Tête D’or, que son unas 10 hectáreas de arbolitos y demás a orillas del Rhône, a decir verdad no lo conozco, no me dio tiempo a tanto. Así que no voy a decir mucho al respecto.

Dando grandes pinceladas esto es lo más destacable de la villa a la hora de hacer turismo, o al menos lo que más me gustó a mi.

Así que ahora y sin más dilación daré paso al anecdotario y a los datos curiosos.

Y nada mejor para empezar que lo curioso que me resulta que en las dos ocasiones que he visitado la ciudad me haya costado dios y ayuda llegar al hotel. La primera vez sobre todo debido al cansancio acumulado por las horas de ruta que llevábamos en el cuerpo (que desde Strasbourg a Lyon hay una tiradita y más si aprovechas para ver las friburguesas, las casas chulas de Besançon y comprar mostaza en Dijon). Y la segunda porque la Peripherique Lyonnaise me la jugó y se me pasó la salida correcta, y luego fue toda una odisea conseguir orientarse, y más cuando no se tiene un plano de la villa.
Siguiendo con el tema viaje, curioso es que para ir se empleen cinco horas, entre Cosne y Lyon, mientras que para hacer el camino inverso solo haga falta poco más de tres. Claro que lo mismo el hecho de que cayera una tormenta increíble mientras íbamos tuvo algo que ver. Eso y el ya comentado problema para encontrar el punto de destino y reposo.
Y para rematar el tema coche solo apuntar que en esta ciudad deben estar un poco salidos ya que todos los automóviles de Lyon cuentan con un 69 en sus matrículas (tenía que decirlo, mi humor no cambia).

Otro dato a tener en cuenta es que uno de los franceses más respetables de todos los tiempos es de origen Lionés, como bien me recuerda en cada ocasión alguien que yo se. Hablo de Antoine de Saint-Exupéry,

que es conocido sobre todo por su obra “Le petit prince” pero también por ser uno de los pioneros de la aviación. Lo que por el contrario es desconocido es gran parte de aquello que rodeó a su muerte ya que, si bien actualmente casi se puede afirmar que tuvo lugar en los alrededores de Marseille (se han encontrado restos de su avión que así lo demuestran), lo que no se ha podido averiguar nunca son las causas de su accidente. Pero así es como se forjan las leyendas.

En lo que a turismo gastronómico se refiere, como ya he mencionado lo más típico de la zona son los Bouchons, así que como está mandado en esta última vez que he estado, el viernes por la noche comimos algo de comida rápida, ya que debido a lo tarde que era no había más elección. El sábado para comer elegimos un mini restaurante de evocaciones yanquis donde degustamos una ensalada y una pizza.

Para cenar ese mismo día elegimos un japonés porque nos apetecía y porque le estamos cogiendo gusto. Ya el domingo tiramos más para lo coherente y entramos en uno de los tan traídos Bouchons, y a decir verdad no me dijo nada el asunto, mucho ruido y pocas nueces (si es que lo mejor es alejarse de lo “turístico”). Cierto es que la primera vez que estuve cenamos en una terracita en la que nos ofrecían un cubo de mejillones con salsa a elegir, patatas fritas a voluntad y una cerveza por algo así como nueve euros, pero en esta segunda ocasión fui incapaz de encontrar el sitio por más que lo busqué.
También queda como dato curioso que la noche del sábado después de tomarnos un par de cafés irlandeses en un garito interesante pero completamente vacío y con la música algo alta, nos cobraron por ambos nada más y nada menos que 18 euros. Con lo que se nos quedó cara de tontos y ganas de quemarle el garito al energúmeno.

También se me quedó grabada esta escultura que había en el patio del Museo de Bellas Artes

y que aunque parece que representa a un individuo al que le ha atrapado el pie un pulpo, en realidad representa a un individuo al que le ha atrapado el pie un pulpo, curioso ¿verdad? (en fin, otra de las mías, ya lo dejo ya…).


Y ya como remate de las curiosidades prestad atención a esta foto

se trata de la fuente de la Place de la Republique, que de por sí no está nada mal, pero el colorcillo del agua deja mucho que desear, vale que esta coloración se debiera a eso de las jornadas del patrimonio, pero prefiero no imaginarme a que parte del patrimonio francés hace honor, ni lo que pretende evocar. A ver si para la próxima dedican un par de minutos más a elegir el color para sus chorros.

Pues esto es Lyon, o al menos mi visión de Lyon, una ciudad interesante. Lástima que tenga un pero, y es que una vez visitado todo lo que hay que visitar te quedas con la impresión de no haber visto nada nuevo, de haber visto ya todo eso en otro sitio. Es decir, la basílica de la Fourvière es un sosías del Sacre-Coeur, la Tour Metallique es evidentemente una mini réplica de la de Eiffel, la Gare de Brotteaux (muy cerca de la Part-Dieu) tiene un aire al actual Museo d’Orsay, esa enorme torre que mira despectiva el resto de los bajos tejados de la ciudad es prima hermana de la de Montparnasse, incluso el edificio del ayuntamiento lionés tiene un gemelo parisino y seguramente muchos primos hermanos en múltiples ciudades francesas. Por otro lado y haciendo comparaciones más lejanas las callejuelas de la Croix-Rousse me recordaron mucho a aquellas carrers alrededor del Parque Güell de Barcelona. Todo esto solo son ejemplos que me llevan a la conclusión de que Lyon es una ciudad bonita y con mucho que ver, pero que no me resulta en absoluto un lugar original.
Todo tiene sus pros y sus contras. Y si no visitadla y ya me contaréis.

miércoles, octubre 25

Un hombre maltratado.

Alan Moore es un hombre maltratado, y si aún alguien lo duda se lo explico (y si alguien no sabe quien es este tipo pues que no pierda detalle). A lo que voy, un buen día le da por crear a un tal John Constantine, más conocido como Hellblazer, que termina por ser un personaje imprescindible en el mundo del cómic y más tarde les da por adaptarlo al cine

y la cagan, de hecho simplemente al contar con el sosainas de Keanu Reeves en el papel del detective ya tenían que imaginarse que muy bien no iba a salir la cosa. Y ya era la tercera pifia.

La primera y posiblemente la mas gorda hasta hace nada, paso un tiempo antes. Moore se tiró un buen montón de tiempo recabando información y gestando un cómic tan importante como From Hell. Llegan unos elementos y en un ratito lo transforman en película,

y es como si les hubieran pagado por tomarle el pelo tanto al pobre hombre como a todos a los que nos encantó la novela gráfica. Es que no tiene nada que ver una cosa con la otra, es como si se tratara de dos historias distintas. Otra gran cagada. Esa fue la primera.

La segunda fue al intentar meterse con Los extraordinarios caballeros,

que estuvo muy bien eso de contar con gente como Connery para llevar a cabo el proyecto pero lo que realmente hacía falta era ser un poco más fieles al espíritu original, eso y no inventarse personajes… Total que otro montón de bosta de reno.

Y después de tantos intentos terminó por llegar la diarrea. Tan gorda ha sido esta última que el propio autor decidió no constar ni en los créditos del film. Estoy hablando de V de Vendetta, considerado por muchos como una de las grandes obras maestras del cómic, y que no se merece lo más mínimo el destrozo que ha sufrido al ser plasmado en la gran pantalla.

Los autores de dicho esperpento son los famosos hermanos Wachowski, a los que se les debería expedir una orden de alejamiento de cualquier medio de grabación y/o emisión de imagen de más de 500 metros. Estos elementos deberían de haber dejado la profesión el día que hicieron caja con la primera de Matrix.

Por norma general tiendo a ir a ver adaptaciones con la idea preestablecida de la dificultad que siempre supone el aplicar las ideas que han sido concebidas para un medio en concreto a otro medio distinto, como ya comenté antes al hablar deDas Parfum”. Es prácticamente imposible efectuar una transposición perfecta ya que el ritmo de un film es distinto al de un libro o al de un cómic. Esto es de cajón de madera de pino. Pese a todo, y hay muchas pruebas de ello, el resultado puede ser bastante aceptable si se tiene en cuenta este detalle, que hay que saber ponerle límites a todo y no pedirle peras al olmo. Pero si pese a todo esto alguien considera buena esta película de la que hablo hoy, por lo que más quiera que me explique como llega a esa conclusión. Y lo peor es que encima me queda la impresión de que para entender medianamente bien la historia hay que haber leído previamente el cómic ya que si no la interpretación del argumento es algo difícil de seguir o como poco puede dar lugar a una imagen muy distorsionada de lo que en realidad se pretendía. Me explico.

La historia refleja la lucha de un personaje por despertar al pueblo de la sumisión en la que vive bajo un régimen totalitario y fascista. Pero ya desde este punto es cuando comienzan a surgir las diferencias entre la obra de Moore y la de los Wachowski. La sociedad que presenta el escritor es una sociedad consumida por si misma, una sociedad pobre donde las altas esferas se lucran y el resto se muere de hambre y no la sociedad que presentan los hermanos en la que estas diferenciaciones sociales no son tan evidentes, una sociedad donde la vigilancia policial es realmente opresora y donde no hay una falsa sensación de bienestar social sino simplemente miseria. La protagonista “Evey” es una jovencita que como último recurso antes de comenzar a morirse de hambre ante la dificultad de conseguir empleo decide comenzar a prostituirse y es tentando a su primer cliente cuando se ve detenida por las fuerzas del orden, nada que ver con la “Evey” que trabaja en la cadena de televisión y que se salta el toque de queda para ir a casa de un compañero, según el film. Esto son dos simples ejemplos de cuanto ha sido modificada la idea original.

Sobre V, sus actos y motivos no se ni por donde empezar. Desde el momento en que me enteré de que este cómic iba ser adaptado tuve la duda de su éxito debido al complejo y polémico argumento que tiene. El problema es que el protagonista principal a grandes rasgos no deja de ser un terrorista y tanto el cómic como el film idealizan este hecho. En el cómic tiene un pase ya que como acabo de decir la sociedad que presenta es extrema y puede llegar a justificar las medidas extremas que toma V para lograr el cambio. Pero por el contrario y debido a la dulcificación que sufre el sistema londinense del film los actos de V, pese a ser también ligeramente suavizados son mucho más polémicos e incluso a veces injustificados. Y hacer apología del terrorismo así de una forma tan gratuita no mola, no mola nada. Además todo este terrorismo del que hace gala V tiene su repercusión y toma sentido hacia el final de la obra, pero ¿sabéis en cual de las dos versiones eso termina resultando así? Pues eso.

De todas formas sin entrar en profundidades de lo políticamente correcto o no, la película desprecia muchos detalles del cómic que son importantes, al menos a mi parecer, como el tono de V, ya que es un personaje más cabaretero y menos sufrido, más loco y menos angustiado. O su identidad, que es en gran parte la verdadera moraleja de la historia. O su relación con Evey, que da mucho juego en la novela gráfica y que en la cinta es reducida a la típica historia de amor imposible. O la ausencia de un buen montón de personajes que dan bastante sentido a la historia representado y mostrando la forma de actuar de la gente dentro de esta sociedad ficticia y casi caníbal. O los actos de V que son modificados, trasladados en el tiempo e incluso eliminados, un completo desastre vaya. Y luego está el final, como he dicho antes… que no voy a destripar pese a todo, pero en el que la idea de “la lucha sigue pero ahora será constructiva” desaparece completamente para ser reemplazada por ¿los títulos de crédito?

En fin, mejor lo dejo que me empieza a hervir la sangre. Manda huevos.

Si algo bueno tiene la película es su reparto, todo hay que decirlo, grandes intérpretes haciendo muy buenos papeles como Stephen Rea, Stephen Fry, John Hurt, Tim Pigott-Smith, Sinead Cusack, y Natalie Portman, a la que no le puedo negar nada… flojeras que es uno.

Vaya que si tengo que recomendar algo es leer el cómic y alejarse de la película. De hecho si queréis ver cosas interesantes del film aquí os dejo en forma de presentación el resto de carteles del mismo que no están nada mal.


Nada más que añadir. Bueno la verdad es que sí, pero casi será mejor que no lo haga, por eso de quedar educado y tal.

Ah, eso sí, a aquellos directores y/o guionistas que están ahora mismo “en train de” adaptar a la gran pantalla la otra gran obra de Alan Moore, “WATCHMEN” les advierto que se anden con ojo, y que a la mínima duda sobre su calidad abandonen el proyecto. Una cagada con ese cómic y la monto gorda. Palabrita del niño Ozy.

sábado, octubre 21

Cine por narices.

Una de las pocas opciones lúdicas que ofrece Cosne es su cine, vale, cierto es que también tenemos bolera pero por el momento nunca he ido ni realmente creo que vaya a ir. La cuestión es que el cine de Cosne pese a las apariencias está muy bien organizado, tiene dos salas y a la semana pueden llegar a pasar unas cuatro películas cada día en diferentes horarios, también es cierto que los filmes duran en cartelera esos siete días y después raro es que los vuelvan a recuperar. Además a lo largo del año se celebran un par de festivales a los que incluso acude gente importante, o al menos “algo” importante.

Al principio yo era algo reticente a ir al cine, mayormente por el tema del idioma, pero coñe, que con el tiempo que llevo ya en tierras francesas me voy soltando un poco más y no me resulta muy complicado seguir los argumentos, al menos a grandes rasgos. Eso sí, aún hago algo de trampa y lo que voy a ver tiene casi siempre algo que me asegura que no voy a estar completamente perdido mientras lo vea. Si la penúltima que vi en la sala tenía en atractivo de ser en versión original subtitulada al francés, y tratándose del “Volver” de Almodóvar eso ayuda mucho, la última que he visto constaba con el mérito de ser la adaptación de un libro que leí hace tiempo y que me gustó bastante, hablo de “Le Parfum, Histoire d'un meurtrier”.


Ciertamente el libro lo leí hace bastante, así que de la historia tenía un recuerdo lejano y casi todo lo visto en la película me sonaba a nuevo. Para el que no conozca el argumento que no se preocupe, que pretendo seguir en mi línea de no destripar tramas. Diré solamente que la historia es a grandes rasgos la biografía de un individuo bastante peculiar con un igualmente peculiar sentido del olfato, una vida que como los mejores perfumes causa una gran sensación al principio para terminar desvaneciéndose sin dejar rastro.

Quien más y quien menos, todos tenemos la idea, por desgracia normalmente acertada, de que las adaptaciones a la gran pantalla suelen ser bastante arriesgadas y que tienden a decepcionar a aquellos que con anterioridad han leído la obra y en varias ocasiones suelen encabronar incluso a los autores, y si no que se lo pregunten a Antonio Gala o a Alan Moore (que será próximo tema en este blog). En este caso, y teniendo también en cuenta, como ya he dicho, el montón de tiempo que ha pasado desde la lectura, tengo que decir que no me ha decepcionado el resultado. Bien cierto es que la historia resulta algo condensada, pero con eso cuentan todos los directores que pretenden realizar una adaptación, excepto quizás Peter Jackson, y creo que Tom Tykwer puede darse por satisfecho con el resultado obtenido, ha sabido aprovechar las partes más dinámicas de la obra y omitir aquellas que ralentizaban más la acción en el libro y que habrían resultado mucho más pesadas aún en la pantalla. Curiosamente de este director ya había visto antes otras dos cintas, “Corre Lola, Corre” que me parece imprescindible y que recomiendo sin duda, con Franka Potente pegándose las carreras de su vida. Y la otra “La princesa y el guerrero” que aún estoy intentando comprender, pero que me temo que nunca llegaré a hacerlo del todo, con Franka Potente alucinando en colores.

En esta ocasión el director no ha contado con dicha actriz, pero el peso interpretativo cae sobre los hombros de Ben Whishaw, al que anteriormente se pudo ver en la piel de Keith Richards en “Stoned”, film que recrea los acontecimientos que rodearon a la muerte de Brian Jones, miembro original de los Rolling Stones, pero que no se habrá visto porque si no me equivoco la cinta nunca llegó a estrenarse en España. Aquí Whishaw recrea un impresionante Jean-Baptiste Grenouille que ya de por si merece el éxito de la película.

Igualmente tienen papeles muy bien llevados tanto Dustin Hoffman, encarnando al perfumista Baldini,

como Alan Rickman, que siempre ha sido un secundario de lujo y por el que hay que tener admiración, se lo merece.


En cuanto a interpretaciones femeninas tenemos principalmente a Rachel Hurd-Wood, conocida por ser la Wendy de Peter en la última adaptación del libro al cine. Y que deslumbra sobre todo por su belleza,

y también a Karoline Herfurth como la chica de las ciruelas, conocida por “Mädchen, Mädchen”, “Big girls don’t cry” (traducida en España como “Mi vida empieza hoy”, a saber por que…), o “Mi nombre es Bach”.

Para los más curiosos añadir que los españoles Duna Jove y Jaume Montané, están por ahí en algún lugar entre el reparto, claro que a la primera hay que buscarla mucho. Además no es la única aportación española al film, además de otros miembros del reparto, mientras la veía había ciertos lugares que me resultaban familiares y muy equivocado no podía estar ya que en parte ha sido grabada en Gerona y sus alrededores.

Recomiendo verla, claro que, si no me equivoco en España no se estrena hasta el 24 de noviembre, así que nada, lo mejor que podéis hacer hasta entonces es iros leyendo el libro y después hacer la comparación si os apetece. Ya me contaréis.

martes, octubre 17

Conejitos.

Pues hoy toca cómic, así que ya sabéis a que ateneros.

Una de mis últimas lecturas han sido las 500 páginas de “Lapinot et les carottes de la Patagonie” de Lewis Trondheim.



A este autor le he empezado a coger el gustito aquí en Francia, como a muchos otros autores franceses mira tu por donde, y anteriormente ya habían pasado por mis manos “Gare Central”, que realizó con Jean-Pierre Duffour y que me gustó pero algo justito y “Approximativement”, que ya hizo el solito y que me gustó más pero sin llegar a apasionarme.

Pero el que realmente me ha gustado ha sido este tomazo de Lapinot. El personaje es conocido en España por los álbumes de fecha posterior que ha ido publicando Planeta, aunque algo a trompicones por lo que tengo entendido, pero en ningún caso por éste del que hablo ya que aún no ha sido traducido al español por razones que desconozco pero que no me cuesta imaginar. La obra en realidad nace como un experimento, me explico.
Lewis Trondheim un buen día tiene la brillante idea de querer poner a prueba si vale para esto de dibujar bandes dessinées. Y no se le ocurre mejor forma de comprobarlo que lanzándose a la realización de un libro de 500 páginas. Su meta era confirmar si a lo largo de esas 500 páginas existía una evolución en su trazo y un motivo para seguir dibujando. Y vaya si lo había. Realmente es asombroso ver como cambia y mejora el grafismo del autor entre la primera y la última página. El único problema que suponía el ponerse como objetivo un número concreto de páginas es que resultaba muy poco probable que el argumento terminara por encajar en el número de folios preestablecido. Y así fue. Pero en palabras del propio autor: “On s’en fiche que Lapinot sauve le monde ou non”. Palabras que ni voy a traducir ni falta que hace.

La historia comienza con una duda del propio personaje, ya que todo el mundo le reconoce como salvador y héroe y él solo puede preguntarse por qué sin saber muy bien a que se debe todo eso. Entre tanto a las grandes orejotas de Lapinot llegan los comentarios sobre unas zanahorias patagonas que te hacen volar y el conejito pone todo su empeño en probarlas. Este argumento en principio simple va página tras página generando una maraña de historias y personajes (unos cincuenta), increíblemente entrelazados entre si, en la que se combinan la magia y lo policíaco, lo místico y lo mundano, con una facilidad pasmosa.

Toda la obra sigue una métrica inalterable, las quinientas páginas constan cada una de tres columnas de viñetas por cuatro filas, lo que hace doce viñetas por página, o lo que es lo mismo 6000 viñetas en total.


Esta página por si sola no permite corroborar la progresión en el arte del autor, aunque de las primeras ya se nota una mejora notable respecto a la primerísima hoja en la que el trazo es basto e incluso difícil de imaginarle el dinamismo característico de las viñetas de cómic. Claro que igualmente queda a años luz de las últimas ilustraciones en las que es capaz de incluir varios personajes en actitudes más cinéticas y activas.

Me parece un ejercicio estupendo este que se le ocurrió un día cualquiera al bueno de Lewis. Luego continuó escribiendo y dibujando historias con este personaje y con otros y se hizo bastante famoso el tío. Pero nunca dio un fin a la historia que le convenció de que valía para esto. ¿Pero sabéis que?

“Je m’en fiche”.

Así que recomiendo su lectura, incluso si la única forma de hacerlo es a través en su idioma original, que tampoco es tan difícil vaya…

Sobre las imágenes incluidas tengo que decir que las he sacado de esta web monográfica sobre Lewis Trondheim y que es bastante interesante.

Y a propósito de este tema del que estamos hablando me acabo de enterar por el blog del carcelero que tanto este Trondheim como su compañero de armas Sfar dejan L’association por discrepancias con otro compañero, Jean-Cristophe Menu, al igual que ya la dejó hace no mucho David B. ¡Y a mi que me encantaba la colección Ciboulette! ya que me permitía encontrar las obras de algunos de los mejores guionistas y dibujantes francófonos sin complicarme mucho la vida, y ahora voy a tener que bucear aún más en las Album de París cada vez que me escape a comprar vicio (ya ves tu que lástima…). En fin que todos tienen sus razones para hacer lo que han hecho y a mi me parecen muy bien todas y cada una de ellas. A mi modo de ver esto repercutirá en que cada artista seguirá publicando lo que quiera publicar en las editoriales que quieran publicarlos pero en ningún caso creo que esto vaya a implicar una disminución de publicaciones. Que no veo la razón para alarmarse. Quede como dato curioso que cuando me leí el cómic “Approximativement”, de corte autobiográfico una de las impresiones que me dio cuando reflejaba las reuniones de L’association era que si algo brillaba por su ausencia era el buen rollismo entre ellos, quizás siendo uno de los más fácilmente irritables el propio Trondheim, pero bueno ese cómic data de bastantes años antes de toda esta polémica y no creo que tenga nada que ver con la situación actual, pero nunca se sabe.

jueves, octubre 12

De arañas y caricaturas.

Mi problema creo que está en que me obsesiono con hacer articulillos largos y sesudos en vez de escribir lo que se me pasa por la cabeza sin darle muchas vueltas que creo que era más o menos el modus operandi original de este blog.

Así que a ver si consigo volver por mis fueros y retornar a los orígenes y actualizo esto con más frecuencia. Eso sí, de vez en cuando espero incluir algún articulo más curradete.

Irónico resulta que escoja para ponerme a currar con el blog uno de nuestros días festivos más sonado y más aprovechado por todo el mundo para irse de puente. Pero es que, para que nos vamos a engañar, yo me he dado cuenta de que hoy era fiesta a eso de las cuatro de la tarde, en la clínica, y cuando ya estaba que no podía ni con mi alma. Que lo malo que tienen las festividades españolas es que no suelen seguirse muy fielmente en el extranjero. Hay que joderse. Lo peor de todo es que aquí fiestas hay pocas si comparamos ambos países. En Francia entre el verano y las navidades hay exactamente dos días festivos, el primero de noviembre y el once del mismo mes, y encima este año caen en miércoles y en sábado respectivamente, con lo que las posibilidades de puente son cero. ¿Puente de diciembre? Por favor no me lo recordéis que me da algo.

En fin que aquí está Jorge, enfilando del tirón y sin respirar los tres últimos meses del año con la vista ya puesta en las vacaciones de navidad. Y con los ojos medio cerrados esperando el guantazo que le va a arrear el 2007 en cuanto entre por la puerta. Otro año que se presenta cargadito de emociones (y van…).

Claro que para que durante estos largos días de la temporada otoño-invierno la espera se haga más corta ya he ido acumulando, como buena hormiguita que es uno, películas y comics suficientes para aguantar un asedio. Claro que de las primeras nunca hay suficientes y de los segundos nunca tengo paciencia para aguantar y ya me he leído casi todo lo comprado, así que en breve tendré que ir a por más (ya está mi cartera temblando en una esquina de la habitación…). Y eso me dará para más artículos intranscendentes sobre más películas, comics y películas basadas en comics (como V de Vendetta de la que ya me quejaré otro día).

También contemplo proyectos sobre posibles escapadas de fin de semana con vistas a seguir conociendo este país en el que me ha dado por vivir actualmente. Y si es posible, llegar hasta alguno de los otros países que rodean a este, que al fin y al cabo y ya puestos hay que decir que no están tan lejos.

Con esto creo que lo he dicho todo por hoy, claro que no quiero terminar sin poner un par de fotos, que si no, no me quedo a gusto.

La primera es la foto de una caricatura que me hizo una paciente y que le quedó muy chula, ciertamente a veces no se si es una caricatura o un apunte del natural… ¿Qué os parece?


Y la otra es un dato curioso, ¿sabéis como hacen las arañas cuando mueren con las patitas?
Pues esto:


Que ¿a qué viene esto?, mejor no explicarlo, no merece la pena, pero me se de alguna que se lo ha comido.